Ereta del Pedregal. Navarres. 1980

29-07-198015-08-1980Milagros Gil-Mascarell Boscà
Continuando los trabajos de la campaña anterior en la zona NE del poblado, el objetivo principal de la presente campaña era estudiar las estructuras del nivel superior.
Se eligió una zona de 4x4 metros, contigua a la del año anterior, que se dividió en los cuadros a/c-18/21. En el transcurso de los trabajos esta zona hubo de ser ampliada en otros cinco cuadros más: los f-19, g-19, a-22, b-22 y A-24.
La potencia excavada fue de 1'10 metros, en diez capas artificiales, comprendiendo un nivel superficial removido y el primer nivel de habitación. La tierra removida, con hallazgo de materiales modernos, alcanzó las tres primeras capas hasta una profundidad de 0'65 metros. Las capas 4 y 5, si bien muy esporádicamente, todavía ofrecieron alguna intrusión de época reciente, considerándose como el inicio del nivel de relleno correspondiente a las estructuras de habitación, cuya base se sitúa en torno a los 1 '10 metros de profundidad.
La parte principal de estas estructuras la constituye un grueso muro de dirección aproximada E-O, que se extiende a través de los cuadros del a-18 al a-22 y que continuaba hacia poniente. Este muro enlaza con el conjunto de piedras de los cuadros a-23, a-24 y A-23, descrito como posible fondo de cabaña, aunque alcanza mayor altura. Adosado a este muro se observa una gran concentración de piedras, en general de tamaño menor, formando un talud que desciende hacia el Norte, a medida que nos alejamos del muro y que cubre los cuadros b-18 a b-22. Estas piedras, que interpretamos como producto de la destrucción o derrumbe de la pared, se corresponden con los restos descritos para los cuadros h-23 y h-24.
Tal muro, que tendría una anchura aproximada de 1'80 metros en su base, puede relacionarse con la alineación de piedras de los cuadros e-24 y d-25, permitiendo suponer que forma parte de una estructura de habitación rectangular formada por paredes de zócalo de piedra. La excavación de los cuadros f-19 y g-19 proporcionó indicios de que a la altura de este último cuadro podría discurrir otro muro paralelo al anteriormente descrito.
Estos resultados confirman en parte y hacen cambiar en otra, la interpretación que se hizo de la campaña de 1979, lo que es especialmente importante en lo que concierne a la posibilidad de encontrarnos ante un nivel de fondos de cabaña, posibilidad que ha de rectificarse en el sentido de que se trata de casas de planta rectangular y muros con zócalo de piedra.
Los materiales recuperados en este nivel comprenden los que podemos considerar habituales en el yacimiento, como puntas de flecha, hojas retocadas y con señales de uso, muescas y denticulados, así como abundantes restos de talla de sílex; fragmentos cerámicos, en su mayor parte de pequeño tamaño y sin decoración, dos punzones de hueso y numerosos restos de fauna. Pero, además, en la parte superficial de este nivel de habitación, se encontraron unos pequeños fragmentos de cerámica con decoración incisa, un fragmento de cuenco del estilo del vaso campaniforme, también con decoración incisa, una pequeña hoja biapuntada, rota en ambos extremos, posiblemente de cobre, y un fragmento de botón piramidal con perforación en V.
La presencia de estos pequeños fragmentos de vasos campaniformes, asociados al botón piramidal con perforación en V y a la presencia de metal, son elementos de gran importancia. Si tenemos en cuenta que su aparición se produce en la parte superior de este nivel, no parece aventurado suponer para él una atribución de finales del Eneolítico, en su momento de transición al Bronce Antiguo.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1980, pp. 88-90)
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