Primeras dataciones de C-14 para el Musteriense Valenciano
José Aparicio Pérez
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol XVI (Valencia, 1981)
J . APARICIO PEREZ
(Valencia)
PRIMERAS DATACIONES DE C-14
PARA EL MUSTERIENSE VALENCIANO
Las primeras dataciones de C-14 obtenidas para el Musteriense
valenciano lo han sido en el yacimiento de Las Fuentes (Navarrés),
todavía en curso de excavaciones y de estudio no concluido, aunque
la dirección del S.I.P. ha considerado oportuno adelantar esta noticia
por lo importante que es hoy dfa disponer de fechas absolutas para la
prehistoria valenciana y peninsular, cuando tan escasos estamos de
ellas, máxime cuando en este yacimiento van íntimamente unidas a
restos vegetales con huellas evidentes de manipulación.
EL YACIMIENTO: SITUACION Y ESTADO ACTUAL
DE SU INVESTIGACION
El yacimiento de Las Fuentes se encuentra situado en término
municipal de Navarrés (Valencia), en las proximidades de la población, concretamente a 39° 04' 44" de latitud N. y 2° 59' 15" de longitud E. (meridiano de Madrid) (fig. 1, 2 y 3). Turisticamente se le conoce como Playa-monte, aunque nosotros preferimos utiliz·a r el topónimo original (Lám. I).
En anteriores ocasiones hemos dado noticias sobre el mismo, asi
como de los trabajos preliminares realizados (1).
En 1970 el ayuntamiento de la población efectuó trabajos en el lugar con el fin de construir un embalse artificial para solaz y recreo de
los vecinos de Navarrés, y también de los ocupantes de los vecinos
(1)
cLa labor del S.I.P. y su Museo en el pasado allo 1970., págs. 106-107. Valencia,
1971.
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Fig. l . - Mapa de la Región con la situación de los yacimientos musterienses: 1, El Arenal
(Losa del ObiQo); 2, Laa Fuantea; 3, Cova Negra; 4, Petldna; 5, Abric de la Umbria de Carlas
(Corbera d' Aisiral; 8, Cova Bolomor ('l'avernea de Valldlgna); Peqja Roja (Róte~a)~ 8, Cova
Forada (Oliva); 9, Salt, Teular, Pastor, etc. (Alcoy); 10, Cueva del Cochino (Villana); 11, Cova
de le• Calaverea (Banidoleig)
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Flg. 2. - Mapa de la provincia de Valencia con la situación de NaviUTés
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P'ig. 3. - Plano de la MaJjal con la uhi~acl6n de Lu Fuentes
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PRIMERAS DATACIONES DB C· l4
5
chalets que comenzaban a instalarse, y como centro de atracción para otras futuras construcciones. Al extraer las capas superficiales de
tierras arcillosas y turbas de la zona húmeda y semipantanosa que se
conocía con el nombre de «prado», se tropezó con un grueso y potente
nivel de arenas, que fueron inmediatamente aprovechadas para construir una playa alrededor del estanque o embalse actual.
Los trabsjos en cuestión .fueron vigilados, a iniciativa personal,
por Francisco Martinez Sanchis, quien observó que a notable profundidad, entre las arenas, las máquinas extraian maderos enteros y trozos de ellos, mientras que entre las mismas arena. esparcidas por la
s
artificial playa recogía sílex tallados.
Todo esto lo puso en conocimiento del S.I.P., lo que motivó nuestra inspección del lugar, aunque, desgraciadamente, no se pudo hacer
ya nada, puesto que el embalse, concluidos los trabsjos, había sido
llenado con agua de las vecinas fuentes de acuerdo con el fm perseguido. De ahi que nos limitáramos a recoger y guardar los restos vegetales que pudimos encontrar y sílex esparcidos por la superficie ;
numerosas visitas posteriores han permitido recoger otros muchos,
que, junto a los encontrados por F. Martinez, se hallan ahora en estudio.
El examen preliminar de los mismos reveló que se trataba de útiles líticos típicamente musterienses (figs. 4 y 5, Láms. II, m , IV),
mientras que dos piezas (fig. 5 y Lám. II), un trapecio y un gran borde
rebsjado con la misma pátina, significaban una anomalía, siendo indicios de la existencia de una amplia estratigrafia. La posibilidad de
relacionar los restos vegetales con los útiles musterienses, de lo que se
recogieron algunos testimonios, abrían sugestivas perspectivas que de
momento quedaban sin confirmación.
PROSPECCION EN 1979
Las necesidades econÓmicas, derivadas del turismo estiv~, impidieron que durante los años sucesivos al de su descubrimiento se pudieran realizar excavaciones arqueológicas en el lugar, al coincidir
las épocas factibles, siendo el estío el mejor momento para ellas.
Sin embargo, el dia 30 de mayo de 1979, trabsjos de limpieza del
interior, a donde se había vuelto a deslizar la arena esparcida por la
orilla, y de profundización aprovechando el vaciado, afectaron de
nuevo al yacimiento, y aunque se iniciaron sin nuestro conocimiento,
la oportuna intervención, otra vez, de F. Martinez Sanchis impidió el
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Fig. 5. - Raederu, dorso reh&Jado y trapecio de Las Puentes
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destrozo de parte de los restos exhumados, que pudieron ser rescatados gracias a la rapidez con que actuó este Servicio.
Paralizadas las obras momentáneamente, se nos obligó a la rápida prospección del lugar donde se encontraban los restos, debido a la
necesidad que sentía la población de ver lleno el embalse, necesidad
compartida por las autoridades locales que nos aconsejaron la máxima rapidez, posponiendo trab~os más amplios y extensos para época
más factible.
Los restos arqueológicos localizados y rescatados estaban situados casi en el fondo del actual embalse, algo desviados hacia el N-W
del mismo (fig. 6). Debido al p~so de los tractores, a las remociones
manuales efectuadas con herramienta inapropiada y al descuido e
imprudencia, el aspecto era caótico al llegar nosotros, lo conservado
había sido maltratado y había sufrido duros golpes de azadón, mientras que otros restos habían sido desplazados de su lugar de origen,
siendo imposible, en la mayor parte de ellos, restituirlos al mismo, habiendo desaparecido algunos arrastrados por los aperos de la maquinaria en servicio. Todo lo expuesto son serios inconvenientes que indudablemente han de pesar sobre las conclusiones finales, especialmente en lo referente a la reconstrucción de las posibles estructuras.
El examen ocular de la zona en cuestión al comenzar los trabajos
nos permitió observar la existencia de un gran tronco en posición horizontal, y a su *ededor diversos manchones negruzcos en los que se
veían trozos de madera pertenecientes a otros troncos, todo ello entre
sedimentos arenosos calizos o arcillosos evidentemente removidos,
que contenían tro~os de sfiex blancuzcos deshidratados.
De acuerdo con lo observado, y actuando siempre bl\io el agobio
de las prisas, planteamos la prospección siguiente:
Establecimos un eje central paralelo y contiguo al gran tronco horizontal con el fin de que nos sirviese de eje de referencia para situar
otros restos que pudieran aparecer; a continuación trazamos dos ejes
perpendiculares al anterior y al tronco en cuestión, separados 1 m.
entre sí, con el fin de realizar un corte estratigráfico que nos orientase
acerca de la posición de las estructuras y su relación con el probable
nivel o niveles musterienses. Mientras tanto, procedimos a la limpieza
superficial d~ todos los sedimentos removidos con la fmalidad de localizar otros troncos o maderos, al mismo tiempo que limpiamos los
manchones negruzcos donde era casi segura su existencia (fig. 7 y
Lám. V).
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Fig. 6 . - Plano de l.as Fuentes, obra del ingeniero-topógrafo de la Diputación Provincial, Sr.
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LA ESTRUCTURA
La primera impresión, provisional lógicamente como consecuencia del caos inicial, era que se trataba de los restos de un armazón horizontal de grandes troncos en zona pantanosa o semipantanosa, deducción sobre la que pesaba mucho la idea de la inmediata M&Ijal y el
que esto es extremadamente húmedo aún en la actualidad. A medida
que progresaba la excavación se fue viendo que junto al gran tronco
no aparecían otros en idéntica posición que justificasen la idea de una
plataforma o armazón de madera, a pesar de las remociones sufridas
y, en cambio, la aparición de varios pies derechos de base cónica hallados «in sitU» junto a aquél (fig. 7) permitieron concebir la idea de
que nos encontrábamos ante los restos de una cabafta, en la que los
postes verticales encontrarían justificación, aunque no el gran tronco
dada su actual forma.
La prosecución de los trab~os permitió exhumar los siguientes
restos vegetales:
- Un gran tronco en posición horizontal, de 3' 75 m. de longitud
máxima, 0'35 m . de anchura, y aproximadamente el mismo grosor
por ser sensiblemente cuadrangular la forma del perímetro en la
mitad no vaciada, vaciado que se debió realizar con fuego si nos
atenemos a las supuestas huellas del mismo que se observan en la
superficie regularmente cóncava; en una de las caras laterales
existe una profunda ranura a todo lo largo que parece ser también
artificial (Lám. VI).
- Junto al gran tronco, e «in sitw, se localizaron las bases de cinco
postes o pies derechos, evidentemente aguzadas para su fijación al
terreno (fig. 7 y Lám. Vll, A). Tres de ellas miden 0' 50 m . de longitud por 0'20, 0' 15 y 0'10 m. de anchura, respectivamente; la cuarta 0'75 por 0' 10 y la última 1'35 por 0'15; todas se encontraron en
posición horizontal u oblicua y cubiertas por arenas puras carbonatadas, no removidas y sin restos arqueológicos.
- Una pieza cuadrangular de madera y otra pieza plana, asf como un
potente amasijo de troncos y ram~es en la parte opuesta (Lám.
Vlll).
Una ve~ puesto al descubierto lo anteriormente escrito, se evidenció la imposibilidad de reconstruir·o de averiguar el tipo de estructura
ante el que nos encontrábamos, de tal manera que diversas probabilidades son factibles, y en tal sentido es posible hablar de trampa para
caza, empalizada, plataforma o cabafta, quedando la solución para
cuando se disponga de datos más amplios y seguros. En todo caso, lo
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LAS FUENTES .DISPOSICION DE LOS RESTOS DE PINUS NIGRA ARNOLD(Pino tarlcto)
1979
Fig. 7. - Disposición de los restos vegetales
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que qúeda fli'IIlemente establecido es que el gran tronco y las bases de
postes o pies derechos habían sido intensamente manipulados para su
utilización en alguna estructura por el momento desconocida.
ESTRATIGRAFIA
El establecimiento de los dos ejes perpendiculares nos permitió la
cuadriculación del lugar y la delimitación de dos zonas, la A y la B; la
zona A englobaba al gran tronco por su parte media, correspondiéndose con un cuadrado de 1 m. de lado, mientras que la zona B se trazó
como un rectángulo de 1 m. por 1' 50 m. (fig. 7).
El sondeo lo realizamos en la zona B (Z-B), obteniendo un corte estratigráfico por C' -C hasta O' 80 m. de profundidad, lo que de acuerdo
con la posición del punto O sitúa el punto más bajo alcanzado por el
sondeo a 1 '45 m. A través de lo representado gráficamente (fig. 8) podemos observar lo siguiente:
1. Existencia de tres niveles, que hemos numerado de arriba abajo,
siendo el I y el III estériles, englobando ambos capas de coloración
y textura distintas.
2. El Nivel n, que es el que nos interesa, está constituido por arenas
blancas con abundantes elementos gruesos, siendo el que proporcionó los útiles liticos musterienses. Este nivel, de disposición sensiblemente horizontal, comienza a 39 cms. de profundidad con
respecto a la superficie enmarcada por los puntos C' -C, y a 1' 045
m. del punto O; calculando que el gran tronco, en su parte media,
se encontraba a 0 '637 m. aproximadamente, deduciremos que la
base sobre la que se apoyaba el tronco se encontraba a 0' 98 m. de
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profundidad, por lo que únicamente una capa estéril de 0 '06 m. lo
separaba del nivel fértil musteriense, lo que concuerda con lo observado precipitadamente al extraer el gran tronco ante la urgencia que impuso la autoridad municipal y la nutrida concurrencia
que obligó a la inundación del embalse, pero, también con lo que
serenamente observamos en la Z-A, donde el primer día de trabajos encontramos ya el nivel musteriense debajo de una débil capa
estéril a ras de la base del gran tronco (Lám. VII, B).
3. Las capas arenosas estériles del Nivel I cubrían y envolvían los
restos vegetales, cuya estructura, por lo tanto, no sería de habitación, lo que habrá que tener en cuenta en futuras investigaciones,
ya que requiere precisa confirmación. Sin embargo, la extracción
de abundantes restos liticos musterienses durante los primeros
trabajos de construcción del embalse, que' afectaron a capas muy
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LAS FUENT ES-1979
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Fig. 8. - Estratigratla de la zona B por
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por encima de los restos vegetales, nos sugiere la creencia en la
existencia de niveles de habitación por encima de aquéllos, lo cual
también precisa confirmación.
4. De acuerdo con todo lo observado, expuesto anteriormente, para
nosotros era absolutamente seguro que el gran tronco, las bases de
los pies derechos, los otros troncos y los diversos restos vegetales
se encontraban «in situ», no pudiendo, por lo tanto, proceder de supuestos niveles eneolfticos de ocupación superpuestos a la capa de
turba superficial, como se nos argumentaba apoyados en la antigua recogida de útiles eneolfticos antes del vaciado del embalse.
INDUSTRIA LITIGA Y FAUNA
La industria lítica recogida lo ha sido sobre sílex y sobre cuarcita,
aunque dada la ex:igüedad del área excavada han sido pocas las piezas halladas, sobresaliendo varias raederas.
La fauna también ha sido escasa y , en general, sumamente desmenuzada, habiéndose distinguido ciervo, caballo y quizá rinoceronte, aunque lo último es más problemático.
SEDIMENTOLOGIA Y PALINOLOGIA
Se han recogido diversas muestras para análisis sedimentológicos
y palinológicos, por las especialistas Pilar Fumanal, sedimentóloga, y
Michéle Dupré, palinóloga, actualmente en proceso de elaboración.
Sobre la vegetación, a través del análisis polfnico, todavía no tenemos
ningún dato ; los análisis sedimentológicos, por el contrario, están sumamente adelantados, y a través de los informes preliminares que ha
tenido la amabilidad de facilitarnos la Sra. Fumanal conocemos que
las arenas de los niveles 1 y m se han sedimentado en un fondo de
aguas tranquilas, tipo laguna, mientras que las del nivel n lo han sido
en la orilla o ribera de una laguna, habiendo sido batidas y rodadas
por la acción de las aguas.
ANALISIS DE C-14
La naturaleza de los hallazgos del gran tronco, los pies derechos
contiguos y los restantes restos vegetales, ex:igfan un pronto y rápido
análisis de C-14, dada la trascendencia que podrfa tener el hallazgo,
de confirmarse a su través las dedu~ciones de orden estratigráfico y
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PRIMRRAS DATACIONES DE C-14
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arqueológico realizadas por nosotros, que nos permitieron suponer,
provisionalmente, una datación alrededor del 50.000 a. de C. para
ellos.
Merced a las gestiones de Alberto Sols García, director del Instituto de Enzimologfa y Patología Molecular del C.S.I.C., la dirección del
Instituto de Química Física «Rocasolano», así mismo del C.S.I.C., comprendió también el interés del asunto y el director del Laboratorio de
Geocronologfa, Dr. Fernán Alonso, aceptaba gustoso las muestras,
que fueron enviadas el 6 de julio de 1979.
Se remitieron las siguienteg:
La núm. 1 era un trozo de madera junto .al gran tronco.
La núm. 2 comprendía éarbones diseminados entre una capa de
arenas grises sobre el nivel con útiles musterienses
enlaZ-A.
La núm. 3 era de un tronco.
La núm. 4 ídem.
La núm. 5 de carbones recogidos debajo del gran tronco e inmediatamente encima del nivel musteriense.
Posteriormente, en distintas comunicaciones el Dr. Fernán Alonso
nos indicaría que todas las muestras estaban bastante carbonatadas,
de tal manera que la núm. 2 y la núm. 5 de carbón solamente dieron
ligeros indicios, por ser el resto carbón soluble; la núm. 1 se redlijo de
13 g. enviados a 5'05 g. al estar la madera muy descompuesta; mientras que la 3 y la 4 eran mejores y en ellas se confiaba.
El13 de febrero de 1980, el mismo Dr. Fernán Alonso nos enviaba
por fin el esperado resultado sobre los análisis efectuados a las muestras números 3 y 4. La núm. 3 procedía de la gran pieza plana de madera localizada junto al gran tronco (fig. 7) y la núm. 4 se obtuvo de
un grueso tronco situado, entre otros restos vegetales, en uno de los
extremos del denominado «gran tronco» (fig. 7 y Lám. VIII).
Los resultados de los análisis fueron los siguientes:
Análisis núm. 1
Nombre de la muestra: Las Fuentes. Navarrés. Valencia.
Muestra núm. 3
Material: 'Madera.
Presentada por: Dr. D. Fletcher. Servicio de Investigación Prehistórica. Diputación Provincial. Valencia.
Edad Carbono-14: Más de 40.000 años.
Referencia del laboratorio de Geocronologfa: C.S.I.C. - 467.
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Análisis núm. 2
Nombre de la muestra: Las Fuentes. Navarrés. Valencia.
Muestra núm. 4
Material: Madera.
Presentada por: Dr. D. Fletcher. Servicio de Investigación. Diputación Provincial. Valencia.
Edad Carbono-14: Más de 40.000 años.
Referencia del Laboratorio de Geocronologia: C.S.I.C. - 468.
Con respecto a ambas se nos aclaraba que la expresión mayor de
40.000 años significaba que la antigüedad de las muestras era superior al limite de las instalaciones de medida y que se aplicaba cuando
la actividad del Carbono-14 era inferior al doble de la desviación
standard del fondo del detector, siendo un término adoptado internacionalmente para fijar el máximo de edad que cada laboratorio puede
alcanzar. Siendo de interés añadir que las .muestras contenían una
muy pequeña cantidad residual de C-14, cuyo valor permitía intuir
más que deducir que sus edades oscilaban entre 40 y 50.000· años.
La analitica descrita confirmó tajantemente la edad aplicada por
nosotros a los restos estructurales descubiertos de acuerdo con su naturaleza y disposición estratigráfica, lo que los convierte en una de las
novedades más sobresalientes e importantes acaecidas a la prehistoria valenciana en la última década, y, por qué no decirlo, también a la
prehistoria europea, ya que las estructuras conocidas en yacimientos
del Paleolítico Medio son sumamente escasas.
ANALISIS BOTANICO
La probable trascendencia del hallazgo exigia ~gotar todas las posibilidades referentes al conocimiento de su naturaleza, y en este sentido consideramos sumamente importante conocer la éspecie o especies botánicas que integraban la gran masa de restos vegetales exhumados.
La dificultad se presentaba al no contar en Valencia con ningún
especialista; sin embargo, a través de los informes recibidos de Rafael
Ruano, ingeniero de !CONA en Valencia, nos pusimos en contacto con
el Departamento de .la Madera y Corcho del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias, cuyo ingeniero-jefe, César Peraza, aceptó
amablemente el análisis de las muestras, que nos fueron remitidos
con fecha 6 de junio de 1980, firmados por el mencionado Jefe del De- 24 -
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partamento y por V. López Fraile, encargado del Laboratorio de Anatomfa de Maderas, siendo el resultado el siguiente:
«Las muestras recibidas son 20, de aspecto leftoso y numeradas
del 1 al18, y con números romanos 1 y n. El estado de conservación
de su estructura anatómica, en general, es muy malo, por haber perdido o modificado las células ~us componentes químicos, como consecuencia del tiempo transcurrido.
El contenido· de la muestra núm. 2 es arena, con algunas partículas de origen vegetal en forma de escamas sin aspecto aparente leñoso.
Una vez analizado el material origen de este informe, parte quedará depositado en este Departamento, devolviéndose el resto al Servicio solicitante.
Estudio macro y microscópico
Por considerarlo indispensable para su análisis anatómico, previo
al estudio de identificación, se han hecho en el Laboratorio de Anatomfa de Maderas preparaciones macro y microscópicas de tres secciones de cada una de las muestras, según los planos transversal,
longitudinal, tangencial y longitudinal radial.
Analizadas macro y microscópicamente cada una de las muestras
de leño citadas, empleando para ello claves analfticas por una parte,
y, por otra, muestras patrones de nuestra xiloteca, comparando cada
uno de los elementos anatómicos que componen su estructura, según
los criterios citados, se ha llegado a las siguientes conclusiones:
Conclusiones
Las muestras núm. 1 y del 3 al 18 inclusive, junto a la 1 y 11, corresponden todas a la misma especie botánica, quedando identificada
las diecinueve como Pinus Nigra, Arnold.
El nombre comercial español, conforme a la Norma UNE núm.
56501, es el de Pino Laricio.
También se la identifica con otros nombres comerciales según su
origen, que son los siguientes:
Corsican pine (Inglaterra).
Pi bort (Catalufta).
Pi sarrut (Tarragona).
Pin laricio (Francia).
Pino albar (Huasca).
Pino ampudio (Jaén).
Pino blanco (La Sagra, Huasca).
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Pino cascalbo (Avila).
Pino gargalla (Lérida).
Pino laricio (Italia).
Pino masano (Pirineo aragonés).
Pino mazarro (Pirineo aragonés).
Pino melis (Tarragona).
Pino nasarre (Pirineo aragonés).
Pino negral (Cuenca, Guadalajara, Teruel, Castellón).
Pino pudio (Jaén).
Las escamas de origen vegetal de la muestra núm. 2 se ha comprobado que pertenecen al floema (corteza) del género Pinus, y en
cuanto a la especie de Pinus se refiere, es de suponer que, al ser hallada en el mismo yacimiento que las anteriores, corresponde a corteza
de Pinus Nigra, Arnold».
EXCAVACION DE URGENCIA EN 1980
Teniendo en cuenta, sin einbargo, que la masa de sedimentos extraídos por la maquinaria excavadora sobrepasaba los cinco metros
en algunos puntos, y casi cuatro encima de las estructuras, era obligado pensar en la posibilidad de la existencia de otros niveles musterienses superpuestos al descrito y a los restos vegetales, así como,
también, niveles cie otros momentos culturales a juzgar por el·hallazgo del trapecio y del borde rebajado. De ahí que el S.I.P. decidiera la
realización de excavaciones en el momento oportuno.
Dicho momento se presentó en septiembre de 1980, debido a la
posibilida~ de efectuar el vaciado del embalse al final de la temporada turística y antes del comienzo de las lluvias otoñales, eligiéndose
para ello una zona de cuatro metros de longitud por un metro de anchura situada a unos 10m. al S.W. del lugar donde aparecieron los
restos vegetales, cuadriculándose con arreglo al sistema de las coordenadas cartesianas (fig. 6).
La fmalidad primordial era la obtención de una completa secuencia estratigráfica desde la superficie actual hasta la roca o piso estéril
basal, con el fin de conocer y estudiar la sedimentación que se encontraba encima de los restos vegetales exhumados anteriormente, sedimentación no conocida hasta el momento, debido al empleo de maquinaria en las anteriores ocasiones en que se vació el embalse·para su
limpieza.
Desgraciadamente, únicamente se pudo llegar hasta una profundidad total de tinos 3 metros, en cuyo momento comenzó !! inundar-se
el lugar debido a la invasión del agua desde el embalse, por lo que se
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FUENTES
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( NAVARRES- VALENC lA)
EXCAVACION 1980
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F1g. 9. - Estrab grafia de las cuadriculas A 1 a A4
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instaló un grupo de achique que comenzó a funcionar ; sin embargo, la
rotura de la maquinaria instalada, junto a las lluvias torrenciales cafdas que motivaron la paralización de los motores de riego, fueron
causa del ascenso del nivel de las aguas subálveas, por lo que éstas
comenzaron a inundar la excavación desde todos los puntos; de ahf
que nos viéramos obligados a suspender la excavación hasta ocasión
más favorable.
A través de lo excavado, sin embargo, se pudo colegir la extraordinaria importancia de la. secuencia estratigráfica del yacimiento.
Hasta los tres metros se pudieron distinguir ocho niveles diferentes
(fig. 9 y Láms. IX y X); el primero de ellos correspondiente a las arenas extrafdas desde el interior del embalse, afectando ya a los niveles
musterienses, por lo que proporcionaron numerosos restos liticos
musterienses, así como algo de fauna.
El segundo nivel, correspondiente a una capa de tierras oscuras
arcillosas con algo de arena fina en su composición, la cual iría aumentando en proporción a medida que se profundizaba, resultó estéril
por completo y procedía también del interior del embalse, siendo la
capa superficial del «prado» en la zona vaciada.
El nivel tercero era similar al anterior y correspondía a la primitiva superficie del «prado» en esta zona, antes de cubrirlo con los dos niveles anteriores. También resultó estéril.
El cuarto estaba formado por arenas oscuras, en las que se encontraron abundantes restos de materia orgánica, causa de su coloración , guardándose muestras de madera para análisis paleobotánicos
y radiocarbónicos. Se recogieron numerosos sílex diminutos y atípicos.
Los niveles quinto y sexto ofrecían claras anomalias, ya que el VI,
formado por arenas similares a las del IV, y en directo contacto con el
mismo, del cual era la continuación, buzaba violentamente de N-E a
S-W, de tal manera que en el talud a-b no aparecía, mientras que a las
tierras negras, con abundantísima materia orgánica, del nivel V, le
ocurría otro tanto, no encontrándose salvo en una reducida superficie
del talud b'-a'. La tierra negra del nivel V resultó también estéril industrialmente, recogiéndose únicamente restos vegetales, mientras que
las arenas del VI proporcionaron una industria similar a la del nivel
IV.
El nivel VII era auténtica turba, en disposición sensiblemente horizontal, resultando también estéril.
Debajo aparecieron arenas en capa de gran potencia, cuyo espesor no se pudo determinar, debido a que el agua comenzó a inundar la
zona excavada. Las arenas eran de tonalidad clara, de grano fmo, y
- 27 -
[page-n-30]
20
J . APARICIO PBRBZ
exentas de materiales gruesos; contenía industria lítica (sílex) de
idénticas características que la de los niveles IV y VI.
La estratigra.fia descrita, que únicamente cubre tres metros de los
cinco calculados hasta alcanzar el nivel de los restos vegetales conocidos, aporta nuevos datos para confirmar los obtenidos por medios estratigráficos y analíticos anteriormente acere~ de la autenticidad de
los restos vegetales, cuya importancia se acrecienta (2).
BIBLIOGRAFIA
APARICIO PEREZ, J .: «Un nuevo yacimiento musterlense en la provincia de Valencia: "Las
Fuentes" (Navarrés)t. Zephyrus, XXV, págs. 43-51. Salamanca, 1974.
APARICIO PEREZ, J.: «El yacimiento de "Las Fuentes" IN avarrés, Valencia) y el Musterlense
en la Región Valenciana (España)». Quart4r, 25 Band. págs. 25-51. Bonn, 1974.
APARICIO PEREZ, J .: «Las Fuentes». Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, t. IV, pág.
308. Valencia, 1974.
«La labor del S.I.P. y su Museo en el pasado atio 1979», págs. 73-75. Valencia, 1980.
(2) Bl S.I.P . se complace en testimoniar su agradecimianto, por la colaboración recibida,
a loa Centros y especialistas citados en las anteriores páginas.
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[page-n-31]
APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
¡_ __ .
LAM. I
[page-n-32]
APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
LAM. 11
Raederas, puntas, buril, trapecio y dorso rebajado de Las Fuentes
- 30 -
[page-n-33]
APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
Raederas, núcleos y lasca de Las Fuentes
LAM. Ill
[page-n-34]
APARICIO PEREZ.-Primeras datacíones
Raederas de Las Fuentes
LAM. IV
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APARICIO PBREZ.-Primeras dataciones
A.-Posición del gran tronco. B- Panorámica general
5
LAM. V
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APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
LAM. VI
Extremo vaciado del gran tronco
-
34 -
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APARICIO PERBZ.-Primeras dataciones
- 35 -
LAM. Vil
[page-n-38]
APARICIO PBREZ.-Primeras dataciones
LAM.
Amasüo de restos vegetales de donde ae tomó la muestra de Cl4 niun. 4
- 36 -
vm
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APARICIO PEREZ.-Primeras datacion.es
LAM. IX
.Diversas perspectivas de las excavaciones de 1980
-
37 -
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APARICIO PEREZ.- Primeras dataciones
Detalle de la excavación de 1980
LAM. X
[page-n-41]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol XVI (Valencia, 1981)
J . APARICIO PEREZ
(Valencia)
PRIMERAS DATACIONES DE C-14
PARA EL MUSTERIENSE VALENCIANO
Las primeras dataciones de C-14 obtenidas para el Musteriense
valenciano lo han sido en el yacimiento de Las Fuentes (Navarrés),
todavía en curso de excavaciones y de estudio no concluido, aunque
la dirección del S.I.P. ha considerado oportuno adelantar esta noticia
por lo importante que es hoy dfa disponer de fechas absolutas para la
prehistoria valenciana y peninsular, cuando tan escasos estamos de
ellas, máxime cuando en este yacimiento van íntimamente unidas a
restos vegetales con huellas evidentes de manipulación.
EL YACIMIENTO: SITUACION Y ESTADO ACTUAL
DE SU INVESTIGACION
El yacimiento de Las Fuentes se encuentra situado en término
municipal de Navarrés (Valencia), en las proximidades de la población, concretamente a 39° 04' 44" de latitud N. y 2° 59' 15" de longitud E. (meridiano de Madrid) (fig. 1, 2 y 3). Turisticamente se le conoce como Playa-monte, aunque nosotros preferimos utiliz·a r el topónimo original (Lám. I).
En anteriores ocasiones hemos dado noticias sobre el mismo, asi
como de los trabajos preliminares realizados (1).
En 1970 el ayuntamiento de la población efectuó trabajos en el lugar con el fin de construir un embalse artificial para solaz y recreo de
los vecinos de Navarrés, y también de los ocupantes de los vecinos
(1)
cLa labor del S.I.P. y su Museo en el pasado allo 1970., págs. 106-107. Valencia,
1971.
-92
[page-n-10]
Fig. l . - Mapa de la Región con la situación de los yacimientos musterienses: 1, El Arenal
(Losa del ObiQo); 2, Laa Fuantea; 3, Cova Negra; 4, Petldna; 5, Abric de la Umbria de Carlas
(Corbera d' Aisiral; 8, Cova Bolomor ('l'avernea de Valldlgna); Peqja Roja (Róte~a)~ 8, Cova
Forada (Oliva); 9, Salt, Teular, Pastor, etc. (Alcoy); 10, Cueva del Cochino (Villana); 11, Cova
de le• Calaverea (Banidoleig)
[page-n-11]
PRIMERAS DATACIONES DE C-14
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Flg. 2. - Mapa de la provincia de Valencia con la situación de NaviUTés
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4
J . APARICIO PBREZ
1: 25.000
P'ig. 3. - Plano de la MaJjal con la uhi~acl6n de Lu Fuentes
-
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PRIMERAS DATACIONES DB C· l4
5
chalets que comenzaban a instalarse, y como centro de atracción para otras futuras construcciones. Al extraer las capas superficiales de
tierras arcillosas y turbas de la zona húmeda y semipantanosa que se
conocía con el nombre de «prado», se tropezó con un grueso y potente
nivel de arenas, que fueron inmediatamente aprovechadas para construir una playa alrededor del estanque o embalse actual.
Los trabsjos en cuestión .fueron vigilados, a iniciativa personal,
por Francisco Martinez Sanchis, quien observó que a notable profundidad, entre las arenas, las máquinas extraian maderos enteros y trozos de ellos, mientras que entre las mismas arena. esparcidas por la
s
artificial playa recogía sílex tallados.
Todo esto lo puso en conocimiento del S.I.P., lo que motivó nuestra inspección del lugar, aunque, desgraciadamente, no se pudo hacer
ya nada, puesto que el embalse, concluidos los trabsjos, había sido
llenado con agua de las vecinas fuentes de acuerdo con el fm perseguido. De ahi que nos limitáramos a recoger y guardar los restos vegetales que pudimos encontrar y sílex esparcidos por la superficie ;
numerosas visitas posteriores han permitido recoger otros muchos,
que, junto a los encontrados por F. Martinez, se hallan ahora en estudio.
El examen preliminar de los mismos reveló que se trataba de útiles líticos típicamente musterienses (figs. 4 y 5, Láms. II, m , IV),
mientras que dos piezas (fig. 5 y Lám. II), un trapecio y un gran borde
rebsjado con la misma pátina, significaban una anomalía, siendo indicios de la existencia de una amplia estratigrafia. La posibilidad de
relacionar los restos vegetales con los útiles musterienses, de lo que se
recogieron algunos testimonios, abrían sugestivas perspectivas que de
momento quedaban sin confirmación.
PROSPECCION EN 1979
Las necesidades econÓmicas, derivadas del turismo estiv~, impidieron que durante los años sucesivos al de su descubrimiento se pudieran realizar excavaciones arqueológicas en el lugar, al coincidir
las épocas factibles, siendo el estío el mejor momento para ellas.
Sin embargo, el dia 30 de mayo de 1979, trabsjos de limpieza del
interior, a donde se había vuelto a deslizar la arena esparcida por la
orilla, y de profundización aprovechando el vaciado, afectaron de
nuevo al yacimiento, y aunque se iniciaron sin nuestro conocimiento,
la oportuna intervención, otra vez, de F. Martinez Sanchis impidió el
- 13-
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6
J. APARICIO PEREZ
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PRIMERAS DATACIONBS DB C-14
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Fig. 5. - Raederu, dorso reh&Jado y trapecio de Las Puentes
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15 -
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8
J . APARICIO PBRBZ
destrozo de parte de los restos exhumados, que pudieron ser rescatados gracias a la rapidez con que actuó este Servicio.
Paralizadas las obras momentáneamente, se nos obligó a la rápida prospección del lugar donde se encontraban los restos, debido a la
necesidad que sentía la población de ver lleno el embalse, necesidad
compartida por las autoridades locales que nos aconsejaron la máxima rapidez, posponiendo trab~os más amplios y extensos para época
más factible.
Los restos arqueológicos localizados y rescatados estaban situados casi en el fondo del actual embalse, algo desviados hacia el N-W
del mismo (fig. 6). Debido al p~so de los tractores, a las remociones
manuales efectuadas con herramienta inapropiada y al descuido e
imprudencia, el aspecto era caótico al llegar nosotros, lo conservado
había sido maltratado y había sufrido duros golpes de azadón, mientras que otros restos habían sido desplazados de su lugar de origen,
siendo imposible, en la mayor parte de ellos, restituirlos al mismo, habiendo desaparecido algunos arrastrados por los aperos de la maquinaria en servicio. Todo lo expuesto son serios inconvenientes que indudablemente han de pesar sobre las conclusiones finales, especialmente en lo referente a la reconstrucción de las posibles estructuras.
El examen ocular de la zona en cuestión al comenzar los trabajos
nos permitió observar la existencia de un gran tronco en posición horizontal, y a su *ededor diversos manchones negruzcos en los que se
veían trozos de madera pertenecientes a otros troncos, todo ello entre
sedimentos arenosos calizos o arcillosos evidentemente removidos,
que contenían tro~os de sfiex blancuzcos deshidratados.
De acuerdo con lo observado, y actuando siempre bl\io el agobio
de las prisas, planteamos la prospección siguiente:
Establecimos un eje central paralelo y contiguo al gran tronco horizontal con el fin de que nos sirviese de eje de referencia para situar
otros restos que pudieran aparecer; a continuación trazamos dos ejes
perpendiculares al anterior y al tronco en cuestión, separados 1 m.
entre sí, con el fin de realizar un corte estratigráfico que nos orientase
acerca de la posición de las estructuras y su relación con el probable
nivel o niveles musterienses. Mientras tanto, procedimos a la limpieza
superficial d~ todos los sedimentos removidos con la fmalidad de localizar otros troncos o maderos, al mismo tiempo que limpiamos los
manchones negruzcos donde era casi segura su existencia (fig. 7 y
Lám. V).
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Fig. 6 . - Plano de l.as Fuentes, obra del ingeniero-topógrafo de la Diputación Provincial, Sr.
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J . APARICIO P.BRBZ
10
LA ESTRUCTURA
La primera impresión, provisional lógicamente como consecuencia del caos inicial, era que se trataba de los restos de un armazón horizontal de grandes troncos en zona pantanosa o semipantanosa, deducción sobre la que pesaba mucho la idea de la inmediata M&Ijal y el
que esto es extremadamente húmedo aún en la actualidad. A medida
que progresaba la excavación se fue viendo que junto al gran tronco
no aparecían otros en idéntica posición que justificasen la idea de una
plataforma o armazón de madera, a pesar de las remociones sufridas
y, en cambio, la aparición de varios pies derechos de base cónica hallados «in sitU» junto a aquél (fig. 7) permitieron concebir la idea de
que nos encontrábamos ante los restos de una cabafta, en la que los
postes verticales encontrarían justificación, aunque no el gran tronco
dada su actual forma.
La prosecución de los trab~os permitió exhumar los siguientes
restos vegetales:
- Un gran tronco en posición horizontal, de 3' 75 m. de longitud
máxima, 0'35 m . de anchura, y aproximadamente el mismo grosor
por ser sensiblemente cuadrangular la forma del perímetro en la
mitad no vaciada, vaciado que se debió realizar con fuego si nos
atenemos a las supuestas huellas del mismo que se observan en la
superficie regularmente cóncava; en una de las caras laterales
existe una profunda ranura a todo lo largo que parece ser también
artificial (Lám. VI).
- Junto al gran tronco, e «in sitw, se localizaron las bases de cinco
postes o pies derechos, evidentemente aguzadas para su fijación al
terreno (fig. 7 y Lám. Vll, A). Tres de ellas miden 0' 50 m . de longitud por 0'20, 0' 15 y 0'10 m. de anchura, respectivamente; la cuarta 0'75 por 0' 10 y la última 1'35 por 0'15; todas se encontraron en
posición horizontal u oblicua y cubiertas por arenas puras carbonatadas, no removidas y sin restos arqueológicos.
- Una pieza cuadrangular de madera y otra pieza plana, asf como un
potente amasijo de troncos y ram~es en la parte opuesta (Lám.
Vlll).
Una ve~ puesto al descubierto lo anteriormente escrito, se evidenció la imposibilidad de reconstruir·o de averiguar el tipo de estructura
ante el que nos encontrábamos, de tal manera que diversas probabilidades son factibles, y en tal sentido es posible hablar de trampa para
caza, empalizada, plataforma o cabafta, quedando la solución para
cuando se disponga de datos más amplios y seguros. En todo caso, lo
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LAS FUENTES .DISPOSICION DE LOS RESTOS DE PINUS NIGRA ARNOLD(Pino tarlcto)
1979
Fig. 7. - Disposición de los restos vegetales
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J . APARICIO PEREZ
que qúeda fli'IIlemente establecido es que el gran tronco y las bases de
postes o pies derechos habían sido intensamente manipulados para su
utilización en alguna estructura por el momento desconocida.
ESTRATIGRAFIA
El establecimiento de los dos ejes perpendiculares nos permitió la
cuadriculación del lugar y la delimitación de dos zonas, la A y la B; la
zona A englobaba al gran tronco por su parte media, correspondiéndose con un cuadrado de 1 m. de lado, mientras que la zona B se trazó
como un rectángulo de 1 m. por 1' 50 m. (fig. 7).
El sondeo lo realizamos en la zona B (Z-B), obteniendo un corte estratigráfico por C' -C hasta O' 80 m. de profundidad, lo que de acuerdo
con la posición del punto O sitúa el punto más bajo alcanzado por el
sondeo a 1 '45 m. A través de lo representado gráficamente (fig. 8) podemos observar lo siguiente:
1. Existencia de tres niveles, que hemos numerado de arriba abajo,
siendo el I y el III estériles, englobando ambos capas de coloración
y textura distintas.
2. El Nivel n, que es el que nos interesa, está constituido por arenas
blancas con abundantes elementos gruesos, siendo el que proporcionó los útiles liticos musterienses. Este nivel, de disposición sensiblemente horizontal, comienza a 39 cms. de profundidad con
respecto a la superficie enmarcada por los puntos C' -C, y a 1' 045
m. del punto O; calculando que el gran tronco, en su parte media,
se encontraba a 0 '637 m. aproximadamente, deduciremos que la
base sobre la que se apoyaba el tronco se encontraba a 0' 98 m. de
_
profundidad, por lo que únicamente una capa estéril de 0 '06 m. lo
separaba del nivel fértil musteriense, lo que concuerda con lo observado precipitadamente al extraer el gran tronco ante la urgencia que impuso la autoridad municipal y la nutrida concurrencia
que obligó a la inundación del embalse, pero, también con lo que
serenamente observamos en la Z-A, donde el primer día de trabajos encontramos ya el nivel musteriense debajo de una débil capa
estéril a ras de la base del gran tronco (Lám. VII, B).
3. Las capas arenosas estériles del Nivel I cubrían y envolvían los
restos vegetales, cuya estructura, por lo tanto, no sería de habitación, lo que habrá que tener en cuenta en futuras investigaciones,
ya que requiere precisa confirmación. Sin embargo, la extracción
de abundantes restos liticos musterienses durante los primeros
trabajos de construcción del embalse, que' afectaron a capas muy
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PRIMERAS DATACIONES DE C-14
LAS FUENT ES-1979
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Fig. 8. - Estratigratla de la zona B por
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J . APARICIO PBl\EZ
por encima de los restos vegetales, nos sugiere la creencia en la
existencia de niveles de habitación por encima de aquéllos, lo cual
también precisa confirmación.
4. De acuerdo con todo lo observado, expuesto anteriormente, para
nosotros era absolutamente seguro que el gran tronco, las bases de
los pies derechos, los otros troncos y los diversos restos vegetales
se encontraban «in situ», no pudiendo, por lo tanto, proceder de supuestos niveles eneolfticos de ocupación superpuestos a la capa de
turba superficial, como se nos argumentaba apoyados en la antigua recogida de útiles eneolfticos antes del vaciado del embalse.
INDUSTRIA LITIGA Y FAUNA
La industria lítica recogida lo ha sido sobre sílex y sobre cuarcita,
aunque dada la ex:igüedad del área excavada han sido pocas las piezas halladas, sobresaliendo varias raederas.
La fauna también ha sido escasa y , en general, sumamente desmenuzada, habiéndose distinguido ciervo, caballo y quizá rinoceronte, aunque lo último es más problemático.
SEDIMENTOLOGIA Y PALINOLOGIA
Se han recogido diversas muestras para análisis sedimentológicos
y palinológicos, por las especialistas Pilar Fumanal, sedimentóloga, y
Michéle Dupré, palinóloga, actualmente en proceso de elaboración.
Sobre la vegetación, a través del análisis polfnico, todavía no tenemos
ningún dato ; los análisis sedimentológicos, por el contrario, están sumamente adelantados, y a través de los informes preliminares que ha
tenido la amabilidad de facilitarnos la Sra. Fumanal conocemos que
las arenas de los niveles 1 y m se han sedimentado en un fondo de
aguas tranquilas, tipo laguna, mientras que las del nivel n lo han sido
en la orilla o ribera de una laguna, habiendo sido batidas y rodadas
por la acción de las aguas.
ANALISIS DE C-14
La naturaleza de los hallazgos del gran tronco, los pies derechos
contiguos y los restantes restos vegetales, ex:igfan un pronto y rápido
análisis de C-14, dada la trascendencia que podrfa tener el hallazgo,
de confirmarse a su través las dedu~ciones de orden estratigráfico y
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PRIMRRAS DATACIONES DE C-14
15
arqueológico realizadas por nosotros, que nos permitieron suponer,
provisionalmente, una datación alrededor del 50.000 a. de C. para
ellos.
Merced a las gestiones de Alberto Sols García, director del Instituto de Enzimologfa y Patología Molecular del C.S.I.C., la dirección del
Instituto de Química Física «Rocasolano», así mismo del C.S.I.C., comprendió también el interés del asunto y el director del Laboratorio de
Geocronologfa, Dr. Fernán Alonso, aceptaba gustoso las muestras,
que fueron enviadas el 6 de julio de 1979.
Se remitieron las siguienteg:
La núm. 1 era un trozo de madera junto .al gran tronco.
La núm. 2 comprendía éarbones diseminados entre una capa de
arenas grises sobre el nivel con útiles musterienses
enlaZ-A.
La núm. 3 era de un tronco.
La núm. 4 ídem.
La núm. 5 de carbones recogidos debajo del gran tronco e inmediatamente encima del nivel musteriense.
Posteriormente, en distintas comunicaciones el Dr. Fernán Alonso
nos indicaría que todas las muestras estaban bastante carbonatadas,
de tal manera que la núm. 2 y la núm. 5 de carbón solamente dieron
ligeros indicios, por ser el resto carbón soluble; la núm. 1 se redlijo de
13 g. enviados a 5'05 g. al estar la madera muy descompuesta; mientras que la 3 y la 4 eran mejores y en ellas se confiaba.
El13 de febrero de 1980, el mismo Dr. Fernán Alonso nos enviaba
por fin el esperado resultado sobre los análisis efectuados a las muestras números 3 y 4. La núm. 3 procedía de la gran pieza plana de madera localizada junto al gran tronco (fig. 7) y la núm. 4 se obtuvo de
un grueso tronco situado, entre otros restos vegetales, en uno de los
extremos del denominado «gran tronco» (fig. 7 y Lám. VIII).
Los resultados de los análisis fueron los siguientes:
Análisis núm. 1
Nombre de la muestra: Las Fuentes. Navarrés. Valencia.
Muestra núm. 3
Material: 'Madera.
Presentada por: Dr. D. Fletcher. Servicio de Investigación Prehistórica. Diputación Provincial. Valencia.
Edad Carbono-14: Más de 40.000 años.
Referencia del laboratorio de Geocronologfa: C.S.I.C. - 467.
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J . APARICIO PEREZ
Análisis núm. 2
Nombre de la muestra: Las Fuentes. Navarrés. Valencia.
Muestra núm. 4
Material: Madera.
Presentada por: Dr. D. Fletcher. Servicio de Investigación. Diputación Provincial. Valencia.
Edad Carbono-14: Más de 40.000 años.
Referencia del Laboratorio de Geocronologia: C.S.I.C. - 468.
Con respecto a ambas se nos aclaraba que la expresión mayor de
40.000 años significaba que la antigüedad de las muestras era superior al limite de las instalaciones de medida y que se aplicaba cuando
la actividad del Carbono-14 era inferior al doble de la desviación
standard del fondo del detector, siendo un término adoptado internacionalmente para fijar el máximo de edad que cada laboratorio puede
alcanzar. Siendo de interés añadir que las .muestras contenían una
muy pequeña cantidad residual de C-14, cuyo valor permitía intuir
más que deducir que sus edades oscilaban entre 40 y 50.000· años.
La analitica descrita confirmó tajantemente la edad aplicada por
nosotros a los restos estructurales descubiertos de acuerdo con su naturaleza y disposición estratigráfica, lo que los convierte en una de las
novedades más sobresalientes e importantes acaecidas a la prehistoria valenciana en la última década, y, por qué no decirlo, también a la
prehistoria europea, ya que las estructuras conocidas en yacimientos
del Paleolítico Medio son sumamente escasas.
ANALISIS BOTANICO
La probable trascendencia del hallazgo exigia ~gotar todas las posibilidades referentes al conocimiento de su naturaleza, y en este sentido consideramos sumamente importante conocer la éspecie o especies botánicas que integraban la gran masa de restos vegetales exhumados.
La dificultad se presentaba al no contar en Valencia con ningún
especialista; sin embargo, a través de los informes recibidos de Rafael
Ruano, ingeniero de !CONA en Valencia, nos pusimos en contacto con
el Departamento de .la Madera y Corcho del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias, cuyo ingeniero-jefe, César Peraza, aceptó
amablemente el análisis de las muestras, que nos fueron remitidos
con fecha 6 de junio de 1980, firmados por el mencionado Jefe del De- 24 -
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PRIMERAS DATACIONBS DE C- 14
17
partamento y por V. López Fraile, encargado del Laboratorio de Anatomfa de Maderas, siendo el resultado el siguiente:
«Las muestras recibidas son 20, de aspecto leftoso y numeradas
del 1 al18, y con números romanos 1 y n. El estado de conservación
de su estructura anatómica, en general, es muy malo, por haber perdido o modificado las células ~us componentes químicos, como consecuencia del tiempo transcurrido.
El contenido· de la muestra núm. 2 es arena, con algunas partículas de origen vegetal en forma de escamas sin aspecto aparente leñoso.
Una vez analizado el material origen de este informe, parte quedará depositado en este Departamento, devolviéndose el resto al Servicio solicitante.
Estudio macro y microscópico
Por considerarlo indispensable para su análisis anatómico, previo
al estudio de identificación, se han hecho en el Laboratorio de Anatomfa de Maderas preparaciones macro y microscópicas de tres secciones de cada una de las muestras, según los planos transversal,
longitudinal, tangencial y longitudinal radial.
Analizadas macro y microscópicamente cada una de las muestras
de leño citadas, empleando para ello claves analfticas por una parte,
y, por otra, muestras patrones de nuestra xiloteca, comparando cada
uno de los elementos anatómicos que componen su estructura, según
los criterios citados, se ha llegado a las siguientes conclusiones:
Conclusiones
Las muestras núm. 1 y del 3 al 18 inclusive, junto a la 1 y 11, corresponden todas a la misma especie botánica, quedando identificada
las diecinueve como Pinus Nigra, Arnold.
El nombre comercial español, conforme a la Norma UNE núm.
56501, es el de Pino Laricio.
También se la identifica con otros nombres comerciales según su
origen, que son los siguientes:
Corsican pine (Inglaterra).
Pi bort (Catalufta).
Pi sarrut (Tarragona).
Pin laricio (Francia).
Pino albar (Huasca).
Pino ampudio (Jaén).
Pino blanco (La Sagra, Huasca).
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18
J . APARICIO PBREZ
Pino cascalbo (Avila).
Pino gargalla (Lérida).
Pino laricio (Italia).
Pino masano (Pirineo aragonés).
Pino mazarro (Pirineo aragonés).
Pino melis (Tarragona).
Pino nasarre (Pirineo aragonés).
Pino negral (Cuenca, Guadalajara, Teruel, Castellón).
Pino pudio (Jaén).
Las escamas de origen vegetal de la muestra núm. 2 se ha comprobado que pertenecen al floema (corteza) del género Pinus, y en
cuanto a la especie de Pinus se refiere, es de suponer que, al ser hallada en el mismo yacimiento que las anteriores, corresponde a corteza
de Pinus Nigra, Arnold».
EXCAVACION DE URGENCIA EN 1980
Teniendo en cuenta, sin einbargo, que la masa de sedimentos extraídos por la maquinaria excavadora sobrepasaba los cinco metros
en algunos puntos, y casi cuatro encima de las estructuras, era obligado pensar en la posibilidad de la existencia de otros niveles musterienses superpuestos al descrito y a los restos vegetales, así como,
también, niveles cie otros momentos culturales a juzgar por el·hallazgo del trapecio y del borde rebajado. De ahí que el S.I.P. decidiera la
realización de excavaciones en el momento oportuno.
Dicho momento se presentó en septiembre de 1980, debido a la
posibilida~ de efectuar el vaciado del embalse al final de la temporada turística y antes del comienzo de las lluvias otoñales, eligiéndose
para ello una zona de cuatro metros de longitud por un metro de anchura situada a unos 10m. al S.W. del lugar donde aparecieron los
restos vegetales, cuadriculándose con arreglo al sistema de las coordenadas cartesianas (fig. 6).
La fmalidad primordial era la obtención de una completa secuencia estratigráfica desde la superficie actual hasta la roca o piso estéril
basal, con el fin de conocer y estudiar la sedimentación que se encontraba encima de los restos vegetales exhumados anteriormente, sedimentación no conocida hasta el momento, debido al empleo de maquinaria en las anteriores ocasiones en que se vació el embalse·para su
limpieza.
Desgraciadamente, únicamente se pudo llegar hasta una profundidad total de tinos 3 metros, en cuyo momento comenzó !! inundar-se
el lugar debido a la invasión del agua desde el embalse, por lo que se
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A4
FUENTES
LAS
( NAVARRES- VALENC lA)
EXCAVACION 1980
N
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A-;.:.-'~~
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2
3
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Escala de l a estrat i graf í a
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F1g. 9. - Estrab grafia de las cuadriculas A 1 a A4
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PRIMERAS DATACIONBS DB <:-14
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instaló un grupo de achique que comenzó a funcionar ; sin embargo, la
rotura de la maquinaria instalada, junto a las lluvias torrenciales cafdas que motivaron la paralización de los motores de riego, fueron
causa del ascenso del nivel de las aguas subálveas, por lo que éstas
comenzaron a inundar la excavación desde todos los puntos; de ahf
que nos viéramos obligados a suspender la excavación hasta ocasión
más favorable.
A través de lo excavado, sin embargo, se pudo colegir la extraordinaria importancia de la. secuencia estratigráfica del yacimiento.
Hasta los tres metros se pudieron distinguir ocho niveles diferentes
(fig. 9 y Láms. IX y X); el primero de ellos correspondiente a las arenas extrafdas desde el interior del embalse, afectando ya a los niveles
musterienses, por lo que proporcionaron numerosos restos liticos
musterienses, así como algo de fauna.
El segundo nivel, correspondiente a una capa de tierras oscuras
arcillosas con algo de arena fina en su composición, la cual iría aumentando en proporción a medida que se profundizaba, resultó estéril
por completo y procedía también del interior del embalse, siendo la
capa superficial del «prado» en la zona vaciada.
El nivel tercero era similar al anterior y correspondía a la primitiva superficie del «prado» en esta zona, antes de cubrirlo con los dos niveles anteriores. También resultó estéril.
El cuarto estaba formado por arenas oscuras, en las que se encontraron abundantes restos de materia orgánica, causa de su coloración , guardándose muestras de madera para análisis paleobotánicos
y radiocarbónicos. Se recogieron numerosos sílex diminutos y atípicos.
Los niveles quinto y sexto ofrecían claras anomalias, ya que el VI,
formado por arenas similares a las del IV, y en directo contacto con el
mismo, del cual era la continuación, buzaba violentamente de N-E a
S-W, de tal manera que en el talud a-b no aparecía, mientras que a las
tierras negras, con abundantísima materia orgánica, del nivel V, le
ocurría otro tanto, no encontrándose salvo en una reducida superficie
del talud b'-a'. La tierra negra del nivel V resultó también estéril industrialmente, recogiéndose únicamente restos vegetales, mientras que
las arenas del VI proporcionaron una industria similar a la del nivel
IV.
El nivel VII era auténtica turba, en disposición sensiblemente horizontal, resultando también estéril.
Debajo aparecieron arenas en capa de gran potencia, cuyo espesor no se pudo determinar, debido a que el agua comenzó a inundar la
zona excavada. Las arenas eran de tonalidad clara, de grano fmo, y
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J . APARICIO PBRBZ
exentas de materiales gruesos; contenía industria lítica (sílex) de
idénticas características que la de los niveles IV y VI.
La estratigra.fia descrita, que únicamente cubre tres metros de los
cinco calculados hasta alcanzar el nivel de los restos vegetales conocidos, aporta nuevos datos para confirmar los obtenidos por medios estratigráficos y analíticos anteriormente acere~ de la autenticidad de
los restos vegetales, cuya importancia se acrecienta (2).
BIBLIOGRAFIA
APARICIO PEREZ, J .: «Un nuevo yacimiento musterlense en la provincia de Valencia: "Las
Fuentes" (Navarrés)t. Zephyrus, XXV, págs. 43-51. Salamanca, 1974.
APARICIO PEREZ, J.: «El yacimiento de "Las Fuentes" IN avarrés, Valencia) y el Musterlense
en la Región Valenciana (España)». Quart4r, 25 Band. págs. 25-51. Bonn, 1974.
APARICIO PEREZ, J .: «Las Fuentes». Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, t. IV, pág.
308. Valencia, 1974.
«La labor del S.I.P. y su Museo en el pasado atio 1979», págs. 73-75. Valencia, 1980.
(2) Bl S.I.P . se complace en testimoniar su agradecimianto, por la colaboración recibida,
a loa Centros y especialistas citados en las anteriores páginas.
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APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
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APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
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Raederas, puntas, buril, trapecio y dorso rebajado de Las Fuentes
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APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
Raederas, núcleos y lasca de Las Fuentes
LAM. Ill
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APARICIO PEREZ.-Primeras datacíones
Raederas de Las Fuentes
LAM. IV
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APARICIO PBREZ.-Primeras dataciones
A.-Posición del gran tronco. B- Panorámica general
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LAM. V
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APARICIO PEREZ.-Primeras dataciones
LAM. VI
Extremo vaciado del gran tronco
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APARICIO PERBZ.-Primeras dataciones
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LAM. Vil
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APARICIO PBREZ.-Primeras dataciones
LAM.
Amasüo de restos vegetales de donde ae tomó la muestra de Cl4 niun. 4
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vm
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APARICIO PEREZ.-Primeras datacion.es
LAM. IX
.Diversas perspectivas de las excavaciones de 1980
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APARICIO PEREZ.- Primeras dataciones
Detalle de la excavación de 1980
LAM. X
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